¡Es momento de salir del clóset!
Cuando una persona se descubre gay, lesbiana, bisexual o transgénero, comienza el proceso de construcción de la identidad que suele ser distinto al que viven los heterosexuales. Éste dura toda la vida: primero, se admite la sexualidad; luego, se revela a la gente o se sale del clóset.
Santiago Fernández Castro, fundador de la
empresa consciente de contenidos digitales YOInvierto y autor de sus memorias Bonitão. El poder de saber quién soy,
explica, en un comunicado, que algunas personas se oponen a la salida del clóset, porque aseguran que la gente heterosexual no realiza esta acción y, en honor a
la equidad, no habría de ocurrir eso; pero, manifiestan su sexualidad de muchas
maneras: desde llevar un anillo de matrimonio hasta
distintas expresiones públicas de afecto en pareja.
“Existen muchas formas de decirle al mundo
que son heterosexuales y, en honor a la igualdad, la gente LGBT debería poder
expresar su sexualidad de manera similar”, explica Santiago Fernández Castro,
quien invita a hacer una introspección para saber cuáles son esas cosas que obstaculizan
el tener una vida plena.
Saca de tu vida todo aquello que te pesa.
El primer paso es detectar. Luego, tomar cartas en el asunto y poner en marcha ciertas acciones para sacar de la vida las cosas que afectan.
Quienes tienen que vivir dos o más vidas en
diferentes ambientes, porque están en el clóset, sufren de infelicidad, incertidumbre
y, simplemente, no gozan de la libertad.
El hecho de salir del clóset puede tener beneficios, como menos síntomas de estrés, ansiedad y depresión.
Santiago Fernández Castro tuvo que tomar la difícil decisión de dejar una vida que no le ofrece plenitud. Él recomienda, a quienes desean salir del clóset, que reorganicen sus prioridades y elijan su felicidad.
Debe ser un infierno ser mujer y tener y sentir preferencias sexuales por otra mujer y no atreverse a confesarlo a su familia y fingir siempre por lo menos vistiéndose con pantalones vaquero de mezclilla para mujer es una pasito para empoderarse como hombre aunque los pantalones sean de mujer.
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