Amistad, complicidad, la unificación de distintas creatividades que se encuentran en una frontera compartida, intercambios y contaminaciones de ideas colectivas. Y la construcción del pragmatismo absoluto de los puentes que se forman para conectar diferentes perspectivas.

Gucci HA HA HA es una colección que representa el destino de un ingenioso viaje de dos personas, la síntesis de una amistad entre el director creativo de Gucci, Alessandro Michele, y el cantautor y actor británico Harry Styles.

Gucci HA HA HA no es solo un motivo impreso en una etiqueta, sino el comienzo de un argot que aún no ha sido categorizado y que define la intersección de la expresión creativa y las percepciones compartidas de dos conciencias diferentes: por eso es una colección que nace de una relación creativa que se autogenera desde la diversión y termina con un pro- ducto tangible. HA HA HA es la secuencia de las iniciales de 'Harry' y 'Alessandro', pero también es el sonido onomatopéyico de la esencia escrita de un emoji, la 'cara sonriente'. De hecho, es con esta expresión neológica, 'hahaha', con la que Michele y Styles acabaron sus mensajes durante años; dos amigos que se encuentran compartiendo viajes, vivencias y hasta esas suspensiones en el tiempo que son espacios compartidos en silencio. Su relación es de complicidad, permite intercambios continuos porque recupera el verdadero sentido moral de la amistad: una revelación sincera y la entrega del uno al otro, sin duplicidades ni alardes de poder.

Alessandro Michele y Harry Styles se conocieron hace muchos años, justo al comienzo de sus carreras como solistas: Michele tras su debut como director creativo de Gucci y Styles justo después de lanzar su primer álbum. El encuentro generó de inmediato una relación de intercambio, de contaminación creativa continua y un impulso por explorar.

“Harry tiene un sentido de la moda increíble. Al ver su habilidad para combinar prendas de una forma fuera de lo común en comparación con los estándares exigidos por el gusto y el sentido común y la homogeneización de la apariencia, pude comprender que el estilismo de un look genera diferencias y poder, como lo son sus reacciones a los diseños que he creado para él, siempre los ha hecho suyos; estas reacciones siempre me reponen con una oleada de libertad. La idea de trabajar juntos se me ocurrió un día mientras hablábamos por teléfono: le propuse crear un “guardarropa de ensueño” con él, a partir de esas pequeñas rarezas que confluyen en visiones infantiles. Terminamos con una mezcla de estéticas del pop y la bohemia de los años 70 y la imagen del caballero en un recuerdo de la sastrería masculina”, dice Alessandro Michele de un esfuerzo que conecta dos “yo” para obtener un “nosotros” absoluto en el que cada elemento resultante es una creación plural que pone de manifiesto la contaminación de las ideas y produce un organismo singular.