PARA LA COLECCIÓN PRÊT-À-PORTER OTOÑO / INVIERNO 2022 DE LONGCHAMP, LA DIRECTORA CREATIVA SOPHIE DELAFONTAINE SE INSPIRÓ EN DOS AMBIENTES CONTRASTANTES Y COMPLEMENTARIOS DE UNAS VACACIONES DE INVIERNO EN LOS ALPES: DEPORTIVO Y "COCOONING".

Del primero tomó los colores vivos -naranja intenso, azul intenso, verde esmeralda- y telas especializadas, en particular, el nylon que se arruga con el crujir de la nieve. Estas se convirtieron en chalecos reversibles, blusas, abrigos e incluso una minifalda acolchada que incorpora el logotipo del caballo de carreras de Longchamp y forros de colores brillantes que resaltan con tonos urbanos como el negro y el caqui. El camuflaje fue otro tema importante, integrado tanto en abrigos como en un vestido fluido con una abertura en el muslo, usado con una de las prendas clave de la temporada, una blusa de cuello.

Mientras tanto, la sección capullo de la colección hizo una interpretación de las estaciones de esquí construidas en la década de 1960 por la diseñadora francesa Charlotte Perriand. El ambiente auténtico creado por los colores cálidos y los muebles de madera natural se reflejó en acogedoras chaquetas a cuadros con grandes bolsillos, así como en elegantes trajes masculinos de gran tamaño con cuadros de pata de gallo. Para noches junto a cálidas fogatas, existen vestidos drapeados con pliegues delicados en tonos joya, que se usan sobre blusas de cuello alto en color contrastante y también opciones en los que se revela la piel desnuda y resplandeciente.

Tratándose de Longchamp, se crearon tentadoras piezas de cuero, incluida una cazadora con cremallera en cuero de oveja negro suave como la mantequilla, grabada con el logotipo de caballo de carreras de gran tamaño; una chaqueta de piel de oveja con costuras expuestas y una bomber jacket de piel arrugada forrada con piel de oveja ceñida.

La bolsa estrella de la temporada es la nueva Box-Trot, llamada así por su forma elegante y  estructurada en piel suave de becerro, así como por su medallón dorado con el caballo y el jinete de Longchamp. Colgada del hombro o casualmente del cuerpo, captura el espíritu libre y la elegancia atemporal parisina.

El espíritu parisino también se encuentra evidentemente en los accesorios clave de la colección, por ejemplo, en las gorras de béisbol, ya sea lisas o a cuadros, se exponen con mascadas de seda de colores brillantes, siendo una combinación de tradición y modernidad por excelencia. Los zapatos, reflejaban los dos ambientes contrastantes de la colección: resistentes botas de montaña o botas de nieve con calentadores de nylon de colores, y elegantes botas hasta la rodilla o femeninos zapatos con tacones de metal plateado.